En una primera fase se construirán unos 100 vehículos de prueba, según ha anunciado la empresa en su blog. Al principio tendrán los elementos tradicionales como el volante, pero más adelante se fabricarán en California sin ninguno de ellos, ya que el coche se conduce solo.
El trabajo en un modelo listo para lanzar al mercado tardará aún algunos años y se realizará junto con socios externos, señaló el director de proyecto, Chris Urmson. El prototipo de Google Car recuerda mucho a una mezcla entre un Smart y un coche de juguete y fue montado en base a piezas de la producción automovilística actual. Google lleva años trabajando en la tecnología de los coches autónomos, pero sus sistemas habían sido instalados hasta ahora siempre en vehículos de fabricantes establecidos en el mercado, como Toyota o VW. «Fue muy estimulante empezar desde una hoja en blanco y preguntarse: ¿Qué debería ser diferente para este tipo de vehículos?», señaló el director del proyecto Google Car, Chris Urmson.
Los primeros rumores acerca de que Google iba a construir un coche propio surgieron el año pasado y al principio fueron tomados con escepticismo, pues se trata de un sector muy complejo en el que la compañía no tiene experiencia. Sin embargo, al parecer Google reclutó a una serie de socios para llevar adelante la idea. En un video que acompaña la entrada de blog se ve el trabajo en partes de la carrocería con muchos dibujos. El reportero del New York Times John Markoff, que se subió la semana pasada a un prototipo de Google, señala que el vehículo deja mucho espacio para las piernas. El parabrisas es de plástico y una gran pantalla en la cabina muestra la hora, la temperatura del aire y la hora prevista de llegada. Para arrancar se aprieta un botón. El Google Car no tendrá «volante, pedal de acelerador ni pedal de freno, porque no los necesita. Nuestros software y nuestros sensores hacen todo el trabajo», aseguró la compañía, que prevé hacer no obstante pruebas en los próximos meses con conductores provistos de un control manual.
Los primeros prototipos no eran muy cómodos, reconoció Urmson. La velocidad máxima está limitada a 40 kilómetros por hora. Con el coche autónomo, Google aspira a ser pionero en el mundo del transporte del futuro. El cofundador de la empresa Sergey Brin señaló al New York Times que no cree que la gente vaya a querer comprar estos vehículos para su uso diario, sino que los ve más bien «en su mayoría como un servicio que esté a disposición» del público.
Fuente: www.lavozdegalicia.es